miércoles, 18 de enero de 2017

Cleóbulo de Lindos

Cleóbulo nació en Lindis, Rodas, era hijo de Evagoras, descendiente de Hércules. Desde que era pequeño manifestó sensatez y en su juventud se fue a estudiar filosofía a Egipto. Cuando volvió se casó y tuvo una hija, Cleobulina, a la que le enseño sus conocimientos, adquirió tan vastos conocimientos que embarazaba y confundía a los hombres más sabios, especialmente con las preguntas enigmáticas que solía proponerles.

Gobernó el pequeño distrito de Lindos, evitó cuidadosamente todo lo que podía atraer guerras y discordias, tanto entre los habitantes y extranjeros. Su mayor mérito, como filósofo, era su sutileza para proponer y resolver enigmas.   Propagó en Grecia la afición a enigmas, que era tan común en Egipto.

Compuso el epitafio que está en el sepulcro de Midas, en que tributa grandes elogios a este monarca.

Murió con 70 años, después de haber gozado extraordinarios honores. Los habitantes de Lindos sintieron amargamente su pérdida, y le erigieron un magnífico sepulcro con un epitafio en que honraban su memoria.

Cleóbulo decía que el hombre debía observar tres cosas cuidadosamente en toda clase de negocios, a saber, el orden, el tiempo y la moderación; que los hombres debían vivir según la condición que tienen en la sociedad; que no hay cosa más común en el mundo que la ignorancia y la charlatanería; que el filósofo debe tener sentimientos elevados, huir de la ingratitud y de la infidelidad y hacer bien a los amigos y a los enemigos, para conservar a los unos, y ver si se puede cautivar a los otros.
Algunas de sus frases eran: .
"Aceptar la injusticia no es una virtud, sino todo lo contrario".
"La moderación es lo mejor".
"Mantenga tu lengua"
"No hagas nada con violencia"
"Si eres rico no seas orgulloso y si eres pobre no seas humilde"



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